Este es mi monstruo Un monstruo que hace de manicomnio

jueves, 29 de agosto de 2019

Pensar mal

Nunca pensé que pasaría, sabes? Nunca pensé que eras capaz de hacer esto. Nunca pensé que podrías... no cuidarme. Y nunca pensé que a mí me podría importar, la verdad. Nunca pensé que llegaría a esto. Pensé que todo era tan distinto, que había puesto más muros, que las fundaciones eran distintas. Pero cuando un pilar se mueve, o se empieza a debilitar, la estructura se empieza a caer. Sólo tiene sentido, pero, sinceramente, no lo había pensado.

Situaciones que vuelven

Me vuelvo a sentir como hace años. Me vuelvo a sentir en una situación parecida a ese entonces. Y lo odio. Odio cada segundo de ello. Me vuelvo a sentir como la mierda en el zapato de alguien y lo peor es que se supone que para ese alguien nunca iba a ser algo siquiera remotamente parecido a una mierda. Y no quiero correr, nunca he querido correr, pero prefiero cortarme un brazo antes que volver a eso.

Qué pasa?

Por qué? Por qué haces esto? Ya no te importa? Es un truco? No te das cuenta? A esto llegamos de forma natural? O simplemente no te das cuenta? Estoy exagerando? Estoy segura de que no está todo en mi cabeza, te conozco. No ves que me haces daño? O esa es la idea? Porque si lo es, pensé que la gracia era justo no hacer eso.

El impostor

Miro hacia el frente y, en lugar de ver a quien siempre está ahí, veo a un impostor. Alguien que, a veces, ni siquiera siempre, intenta venderse como quien se supone que es, pero no le resulta. Hay algunos pocos momentos en los que siento que se fue y vuelve a estar quien siempre ha estado ahí, pero son cortos, fugaces y esporádicos. Pero la mayoría del tiempo simplemente es alguien más que intenta engañarme y sé, cada segundo, sé que es un impostor. Pero sabes qué? Ni siquiera tengo la fuerza mental para hacer algo al respecto. Sólo lo dejo seguir, enojada y chata porque, sinceramente, no me interesa hablar con un impostor, alguien que no conozco, que pareciera ni siquiera conocerme. Así que simplemente lo mando a la cresta, a ver si se va solo y me devuelve a mi persona.

Asfixia, otra vez

Vuelvo a sentir esa maldita asfixia. Da lo mismo cuánto respire y dónde lo haga, sigue sin haber suficiente oxígeno. A veces logro que se vaya, sabes? Cuando me desconcentro mucho, mucho, mucho, logro volver a respirar. Pero entretanto, apenas me deja funcionar.