Recuerdo el lugar exacto en el que estaba hace un año: en una cama de hotel, al otro lado del mundo, apoyada contra la pared, con mi hermano durmiendo frente a mí mientras yo escribía algo parecido a lo que intento escribir ahora.
Este año ha sido muy loco, han pasado cosas que ni en mis sueños más locos creí posibles. Volví a estar bien, volví a estudiar y ver si eso era lo mío, descubrí un mundo hermoso que me encanta, conocí gente genial, él volvió, luego se fue, luego volvió a volver y así, murió de una forma épica alguien que creí inmortal, empecé a ir más allá de un lugar que nunca se sintió mío y aún así me gustaba y solté un recordatorio de alguien que hace años que casi no está en mi vida.
El año anterior fue un año de aprendizaje interior, este año fue de vivir cosas imposibles y de dejar ir a cosas y personas que ya era hora de dejar ir.
No sé si tengo mucho más que decir, sólo unas pocas cosas. Tú, y asumo que todos saben a quién le hablo, si vienes a mi vida, que no sea por joder mi cabeza, sino para quedarte. Tú, que te fuiste de una forma épica, aún no logro entenderlo, supongo que algún día tendré la capacidad para hacerlo; te quiero muchísimo y tomo tu ejemplo de inadaptado social y espero vivir más o menos así, un poquito más como tú lo hiciste. Y tú, quien sea que lea esto, muchas, muchas gracias por leerme.
2015, gracias, me hiciste volver a creer en lo imposible y volver a soñar. 2016, estoy esperando a ver qué me traerás. Sorpréndeme, por favor.