El año del agradecimiento

Si hay un sentimiento que describe este año, y si hay una forma en la que más me he sentido este año, es el agradecimiento. Estoy completamente agradecida de todo lo que me trajo este año. Agradezco haber conocido a quienes conocí y que esas personas existan hoy en mi vida y agradezco todo lo que ha pasado con quienes ya conozco. Agradezco las situaciones complicadas o difíciles que he pasado con personas cercanas, porque han afectado a nuestra relación y la ha fortalecido. Agradezco, también, las situaciones difíciles que yo misma he pasado, porque me han mostrado quiénes están a mi lado en cada segundo y conforman un ejército cuyo propósito es protegerme y que esté bien. Agradezco haber sufrido en un pasado, porque me ha enseñado a valorar los momentos en los que no sufro y a disfrutarlos mucho más y ser más feliz de lo que ya soy. Agradezco ser feliz, agradezco la perspectiva que tengo de las cosas en este minuto, agradezco el momento de mi vida en el que estoy y la persona en la que me he convertido.

Soy feliz, muy, muy feliz y eso no quiere decir que las cosas que me pasan son buenas, sino que veo algo bueno en todo lo que hay en mi vida y que decido ser feliz cada segundo que pasa y cada vez que tengo que decidir cómo me siento sobre algo. Mi vida no es perfecta y no pretendo nunca aspirar a que lo sea, pero estoy muy agradecida de absolutamente todo con respecto a ella y de las personas que hoy están en mi vida, que día a día me enseñan y me ayudan.

Este año he reflexionado, he expandido mi mundo, he conocido personas, me he alejado de otras, he aprendido y he curado heridas. Estoy profundamente agradecida de todo lo que ha pasado en este año y puedo decir con toda confianza que para mí este 2017 ha sido un excelente año. Espero con ansias todo lo que venga en el siguiente y si es siquiera la mitad de bueno de lo que fue este, que tengo toda la fe que será, va a ser un hermoso y genial 2018.

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Demasiado peso

Por favor, abrázame. Esta noche me siento frágil, demasiado pesada. Siento nostalgia, culpa, sobrecargada de recuerdos y de presente. Responsabilidad, condenación y cosas a medias. Misterios que traen recuerdos dolorosos y dejan responsabilidades demasiado grandes, con culpas demasiado grandes y personas que se giran y dejan de comprender, que con otras no escucharán y criticarán. Esta noche vienen a mí a abrir heridas, a poner dudas y a dejar un peso que no debería ni quiero que esté.

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Oscuridad interior

A veces es como si tuviéramos una oscuridad enorme, profunda y oscura dentro nuestro, que si te distraes y dejas que se alimente hasta de lo más mínimo, se va a adueñar de ti. Es tan, pero tan fácil que se agrande, que crezca y agarre fuerzas hasta superarte que no puedes distraerte ni un segundo.

Debes matarla de hambre y así la mantienes. Nunca muere realmente, pero sí la debilitas lo suficiente como para poder vivir a pesar de ella. Es una maldición que debes llevar contigo y no tienes elección, porque es parte de ti. Naciste con ella y morirás con ella, convirtiendo a tu vida en una lucha constante en su contra, intentando vivir a pesar de ella y no morir por culpa de ella.

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Escuchar pensamientos

Hay veces que crees poder leerle el pensamiento a los demás y escuchar en ellos que eres tonta, que eres fea, que les caes mal. Escuchas que no sabes de lo que estás hablando, que de nuevo no te informaste bien, que una vez más dices o haces un comentario estupido, que nunca sabes nada. Escuchas que eres rara, que eres hater, que eres una hipócrita y una cínica, que te encierras, que cambias a los demás.

A veces es tanto que llegas a preguntarte por qué se juntan contigo, por qué te soportan. Es por costumbre? Es porque no les queda de otra? Por qué te eligen para trabajar con ellos? Disfrutan que estés con ellos o prefieren que no estés pero por alguna razón te tienen que soportar igual? Y da lo mismo cuánto te digas que no es cierto, que nada de eso tiene fundamento, que no eres nada de lo que escuchas, lo escuchas igual. Y lo peor es que no sabes si es inseguridad o si es real.

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Ayudar a alguien

Hay veces que quieres ayudar a alguien, pero porque has vivido algo similar a lo que esa persona está viviendo, sabes que no puedes ayudarla. Sabes que todo lo que se te ocurre hacer no va a hacer ningún cambio, no va a hacer que mejore, no le va a dar lo que necesita para estar bien. Entonces te quedas de brazos cruzados, queriendo hacer algo pero con la seguridad de que nada servirá. Te quedas en blanco, impotente, casi ahogándote entre el “necesito hacer algo” y el “no puedo hacer nada”, esperando que de alguna forma todo resulte bien y tú sigas por ahí para verlo.

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Incertidumbre

La cosa es que no sé si te has dado por vencido y no sé qué haré si realmente lo hiciste. Me da un poco de miedo saberlo, la verdad. No sé realmente qué quiero hacer y cada vez entiendo menos y me da un poco más de miedo ni siquiera tener la oportunidad de averiguarlo.

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Rayos de luz en medio de la oscuridad

Hay veces que pasan cosas malas en la vida, pero en medio de esas cosas malas puedes ver rayitos de luz que te dan esperanza y te hacen sonreír aunque un segundo antes haya parecido imposible hacerlo. Sólo tienes que confiar en ellos y dejarlos entrar, para que puedan demostrarte que no todo es tan malo y que a pesar de que hay cosas malas, también hay cosas buenas.

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Al terminar ese día

El momento en que llegué a mi casa ese día fue cuando me golpeó. Fui a saludar a mi hermano e intentar decirle algo de lo que se perdió en todo ese día. Ahí fue la primera vez que entendí que no tendría nunca más uno de tus abrazos, que no volverías a sonreírme, que jamás volverías a decirme que envidiabas mis paletas, que nunca más volverías a decirme que me vestía muy acorde a mi edad, que no volverías a decirme que era muy cariñosa, que jamás volvería a escucharte decirme "te quiero" al oído. Y en ese momento mi corazón se desgarró.

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Ocultando información

Me lo has preguntado muchas veces y todas te he dicho que no... pero eso es mentira, en verdad es un no lo sé. Y lo siento, lo siento por mentirte, pero es que no quiero tener esa conversación y no quiero la presión que conlleva decírselo a alguien. Algún día vas a enterarte, algún día cuando ya no sea algo tan importante, y probablemente te enojes y temo ese día. Lo siento, de verdad lo siento, pero es que de verdad no quiero esa conversación.

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Pareció traición

Cuando me lo confesaste me sentí traicionada. Estaba enojada contigo. Estábamos tan bien y me gustaba tanto, pero tú llegaste e introdujiste una forma de que se terminara. Probablemente es la evolución lógica, pero esa evolución permite que llegue un día en que todo se acabe, entonces también es un posible fin. Estaba tan enojada porque nos prestaras al fin y luego lo estaba aún más cuando me di cuenta de lo muy parte de mi vida que eras.

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Recuerdos

Sabes, a veces me acuerdo de ti. A veces cuando veo las paletas de alguien, otras cuando abrazo a alguien y otras cuando alguien me dice algo cariñoso, cuando pasa algo que tú siempre hacías.
Hoy me acordé de ti porque estaba inclinada en una mesa, estudiando, y corría brisa. La ropa se me había subido un poco y tenía una línea en la parte baja de la espalda descubierta, en la que sentí esa brisa. Sentí tu uña trazando una línea por ahí para llamar mi atención y luego escuché tu voz diciendo "no te da frío ahí?" Y yo me vi girando y decirte "no, en verdad no".
Te extraño. Sigo sin entenderlo. Te quiero muchísimo.

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Paz mental

Amo mi silencio y amo mi paz mental. El silencio me da paz mental. A veces pareciera poder escuchar las cabezas de las personas, pero prácticamente nunca lo que están pensando, sino simplemente el hecho de que están pensando. Nunca me ha importado lo que la gente piense o haga, pero casi siempre que alguien está cerca mío y está pensando algo con respecto a mí podría jurar que escucho los engranajes girando en su cabeza. Esa persona puede estar al frente mío, en la otra habitación o tres habitaciones más allá, pero mientras esté en el mismo lugar que yo, puedo escuchar que está pensando. Es por eso que me gusta tanto estar sola, no hay nadie quitándome mi silencio, mi paz mental. Es por eso mismo que nunca digo nada o muestro nada, porque si no doy nada, entonces no pueden pensar sobre mí y si no lo hacen, no escucho sus cabezas y si no las escucho, tengo paz. A veces ni siquiera intento hacer las cosas, porque siquiera pensar en ese ruido me tortura. A veces haría lo que sea porque no existiera. Es por eso que escribir me gusta tanto y recurro a ello antes que a una persona: porque la escritura no piensa, sólo existe, entonces no interrumpe mi silencio y puedo seguir teniendo paz.

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Por primera vez en mucho tiempo

Por primera vez en mucho tiempo de verdad y profundamente no siento que ninguna parte de mí esté enamorada de ninguna parte de ti ni que alguna de mis versiones esté enamorada de ninguna de tus versiones.
Sé que lo he dicho muchas veces, pero por mucho que antes ya no estuviese enamorada de ti, había una parte, por muy pequeña que fuese, que sí lo estaba, que te creía parte de mi futuro, que decía que un día sí estaríamos juntos. Eras mi comodín, eras la persona que me volvía una viuda y que algún día volverías y me harías dejar de ser viuda. Pero ya no. Hace un tiempo entendí que no te quiero así en mi vida y que ninguna de mis versiones ni partes ni nada te quiere así alguna vez en mi vida. Entendí que no quiero la vida que traería el estar contigo y ese entendimiento sigue.
Por primera vez en mucho tiempo me siento distinta con respecto a ti y me siento separada de ti. No es algo superficial que se vaya a ir, no, es algo profundo y permanente dentro de mí y por primera vez en mucho tiempo estoy verdaderamente libre de ti. Ya no pienso en un futuro contigo, ya no planeo mi futuro con respecto a si también es compatible contigo. Al fin estoy verdaderamente separada de ti.

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De días de mierda y cordura devuelta

Sabes, tuve un día de mierda. Estuve todo el día queriendo hablar contigo, porque sabía que apenas lo hiciera, la cordura volvería a mí. Pero no quería hablarte, porque no quería hacerlo sólo por estar mal y porque me decía que no fuera bebé e interrumpiera tu día, sabes cómo no me gusta ponerme antes que los demás. Pero llegó un minuto en el que colapsé y me rendí y te hablé. Supiste exactamente qué preguntar, qué decir y qué hacer. Me devolviste la cordura, me devolviste la sonrisa e hiciste que me reconstruyera de nuevo y que esta sensación de estar medio rota y medio vacía se fuera. Las cosas siguen sin estar bien, pero me diste las fuerzas para aguantarlas. Como sabía que pasaría, logré volver a respirar al contarte mi mierda de día. Siempre has sido esa persona, la que me da cordura cuando el mundo se esfuerza por quitármela. Me extraña que siga siendo así, pero así es.

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Malos hábitos

Estoy volviendo a caer en la rutina de ti. Estoy volviendo a encerrarme en ti y olvidar el mundo que hay afuera y eso está muy mal. Estoy olvidando que tengo amigos y cosas que puedo hacer y no es tu culpa, pero tengo que aprender a recordarlo aunque estés aquí. 

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Problemas de tiempo

De alguna forma extraña, te he podido contar casi cualquier cosa sin que hayamos sido amigos por mucho tiempo. Me encanta eso, sabes? La confianza y la comodidad que hay entre nosotros y la he necesitado un poco estos últimos meses, pero cada vez hay menos tiempo. Pasaste de no disfrutar tu vida a sí hacerlo y estar ocupado todo el tiempo y cada vez hay menos tiempo. Y supongo que cada vez más necesito que haya un poco más de tiempo.

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Distanciamiento

Solías ser una parte tan grande, tan importante y tan normal de mi vida y ahora eres tan... no eso. Te quiero mucho y me preocupo por ti y muchas veces quiero tratarte como solías ser, pero ya no lo eres y me sentiría muy hipócrita haciendo eso, así que no te hablo. Pero me encantaría hacerlo, extraño esa parte que solías ser, cómo solíamos ser.

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Malditos trabajos

Te extraño. Hay cosas que quiero decirte y abrazos que quiero darte, hay planes que quiero hacer contigo, pero por ahora tengo que seguir esperando y tragarme todo, porque aunque sepas esto, no puedes hacer absolutamente nada sobre ello en este minuto. Sólo tengo que tener paciencia un rato y hasta entonces, cuídate, sí? 

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Imposible de ignorar

Estoy empezando a ilusionarme de nuevo contigo y eso es algo muy peligroso. Me dije que no pensaría las cosas, que no importaba cuál sería la respuesta a esa pregunta, que sólo viviría, pero cada vez esa respuesta se acerca más a golpearme en la cara e intento girarme para que no lo logre. Pero mientras más me giro, menos efecto tiene girarme.

No tengo realmente un problema con esa respuesta si hacemos algo al respecto, pero la cosa es que no lo hacemos y eso cada vez me gusta menos.

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Bloqueo

Solía ser tan fácil ver en mi interior y ver el río que estaba corriendo por ahí, tan fácil que casi se había convertido en mi hogar. Pero ahora no tengo idea de cómo hacerlo, muchas veces no quiero hacerlo y muchas otras todo se ve simplemente borroso. Y eso es complicado, porque dejo de entenderme y corro el peligro de volver a caer. No quiero volver a caer.

Pero qué pasa si no veo nada porque no hay nada que ver? Si no corre un río porque las cosas están bien? Sólo podré verlo si hay algo mal? Porque si es así, es bastante peligroso.

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