—Quiero hablarle.
—Chica, cuántas veces
hemos tenido esta conversación? No.
—Pero por qué no? Es estúpido seguir así. Quiero hablar con
él. Quiero volver a tenerlo en mi vida.
—Quieres tenerlo en tu
vida? Quieres tener que ser la fuerte todo el tiempo, sin descanso? Quieres
tener que animarlo? Que soportar su mal humor?
—No siempre fue así. Sólo lo fue el último tiempo. No era
realmente tan malo, sólo estábamos los dos mal y eso nos afectó.
—No me vengas con
cosas. Siempre tuviste que subirle el ánimo en una base constante. Desde el
principio fue así.
—Sí, y lo manejé bien. Me gustaba hacerlo.
—Eso era entonces.
Quieres hacerlo ahora?
—No lo sé, pero no será mejor intentarlo y averiguarlo? Y si
ya no es así?
—Es parte de él, va a
seguir siendo así. Y quieres acercarte de nuevo para luego alejarte y hacerle
daño otra vez? Dijimos que nunca volveríamos a hacerle daño de esa forma. No
permitiré que hagas eso.
—Y si no me alejo?
—Y si no resulta? Y si
no eres feliz con ello?
—Y si resulta?
—El riesgo es muy
alto.
—Es más alto el riesgo de vivir toda nuestra vida
arrepintiéndonos de no haber hecho nada y extrañarlo toda nuestra vida.
—Puede ser. Pero si no
resulta no será el único que salga herido. Nosotras también, ya nos hicimos
mucho daño y él a nosotras. Cuántas veces creímos que le importaría, que haría
algo al respecto, que lo entendería, y no lo hizo? Qué si ya no le importa? Qué
si no nos extraña, si no nos quiere? Qué si su vida es mejor sin nosotras? Por
eso nos alejamos, recuerdas? Su vida sería mejor sin nosotras. Y él mismo dijo
que mejoró sin nosotras, no estoy suponiendo esto, nos lo dijo claramente.
—Es verdad, lo dijo. Pero es lógico que sería mejor sin
nosotras, llegamos a ser tóxicas y envenenamos su vida. También tienes razón,
le dimos muchas oportunidades para demostrar que entendía y nunca lo hizo, cada
vez nos trató pésimo, pero es porque estaba enojado y porque nuestra forma de
pensar, por muy correcta que pudo haber estado o no, no tuvo lógica para él. Si
quieres a alguien te quedas, no te vas, cierto? Nosotras nos alejamos. Qué
lógica tiene eso? Por supuesto que se enojaría.
—Si envenenas la vida
de alguien que quieres y no puedes dejar de hacerlo, por mucho que quieras e
intentes, te vas. Es lógico.
—No. No te vas. Luchas por dejar de ser veneno.
—Lo intentamos,
recuerdas? No funcionó.
—No, no lo hizo. Pero pudimos haber intentado más.
—Lo intentamos todo lo
que pudimos.
—No. No lo hicimos. Pudimos haberle hecho frente. Pudimos
haber sido niñas grandes y haber enfrentado el problema.
—Estábamos mal. No
éramos capaces de hacerlo.
—Deja de justificarnos!
—Y tu deja de
justificarlo!
—No puedo no justificarlo. Acaso no lo entiendes a él?
—Por supuesto que lo
entiendo, pero también nos entiendo. Y si estamos de su lado, no estamos del
nuestro. Prefiero traicionarlo que traicionarnos.
—Pero si lo traicionamos, nos traicionamos. Es la misma
cosa.
—Ese es nuestro mal.
Empezamos y terminamos con él. Necesitamos dejar de hacerlo. Necesitamos
superarlo. Por eso no hablaremos con él.
—Cuánto llevamos intentando superarlo? Año y medio? Dos años? Aún nada.
—Hay que intentarlo
más fuerte.
—Por qué quieres alejarte? Por qué no luchas por esto? Qué
si esto significa algo?
—Porque no funcionó!
Porque ya sufrimos demasiado. Porque con él solo hay daño, para nosotras y para
él.
—Pero antes de todo lo malo estuvimos años perfectamente
bien. Qué si sólo fue lo correcto en el momento equivocado? Qué si ahora que
crecimos funciona?
—Qué esperas? Que nos
reciba con los brazos abiertos? Que nos diga que nos ha extrañado y nos quiere
de vuelta? Que esté tan mal como nosotras si no estamos juntos? No va a pasar.
Quítatelo de la cabeza.
—No, pero tal vez nos extrañe y quiera tenernos en su vida.
Quizás seamos amigos de nuevo, y con eso me conformo.
—Ya, y qué le vas a
decir? Hola, quiero estar en tu vida? En serio?
—Aún no lo sé, pero lo extraño. Quiero volver a tener
conversaciones profundas con él. Quiero volver a ser un par de raros que se
comunican como si la vida fuese un poema. Quiero volver a experimentar su lado
bondadoso, sacrificado, desinteresado. Quiero asegurarme de que tenga una
sonrisa en la cara y que sepa que no está solo, que hay alguien a quien le
importa, que a alguien le preocupa, que alguien vela por él.
—Por qué eres tan
buena? Por qué sólo recuerdas lo bueno que pasó?
—Por qué tu no? En nuestra historia con él, lo malo ha sido
sólo una pequeña fracción del tiempo y lo bueno ha sido casi todo.
—Sólo intento protegernos.
—Yo también. Qué te dice que ésta no es la mejor forma para
hacerlo?
—Qué te dice a ti que
lo es?
—Tal vez no lo sea. Pero hay que intentarlo. Nunca sabremos
si no lo intentamos.
—Y volver al principio
y volver a sufrir y pasar todo lo malo otra vez?
—Quién te dice que eso va a pasar? Somos distintos ahora.
Puede que funcione. Puede que sea mejor que antes. Sólo pido que lo intentemos.
—Y si es tan distinto
que no lo reconocemos? Y si ya no tiene nada de lo que tenía antes?
—Eran parte de él. Nadie cambia tanto. Nosotras seguimos
siendo como antes, sólo que mejores. Qué te hace pensar que él no?
—Que solíamos poder
leerlo y anticiparnos a lo que haría. Ahora no. Ahora hace justo lo que creíamos que no haría.
—Sólo aprendió a vivir y a divertirse, cosa que nosotras no
hicimos. No quisimos hacerlo, pero todos lidian con los duelos de forma
distinta. Él hizo cosas, nosotras dejamos de hacerlas. Es normal.
—No lo sé.
—Vamos. Arriesguémonos por una vez.
—Chica, siempre lo
hacemos cuando se trata de él y siempre nos defrauda.
—Antes no lo hacía.
—Terminé con darle
nuestro corazón en bandeja de plata y que lo haga añicos.
—Y convertirnos en una de esas personas que no entendemos y odiamos?
En serio?
—Si eso nos protege,
si!
—Así no es la vida!
—Cómo es, entonces?
Como esos lindos libros de amor que lees? O como las series que ves? Ah, no,
espera, es como las películas. Donde todo es perfecto y si no lo es, sabes que
lo será.
—Casi no veo películas, no me vengas con esas! Y no digo que
la vida sea un libro o una serie. Sólo digo que intentamos estar sin él y
llevamos haciéndolo muchísimo más tiempo del que deberíamos. Es ridículo. No
digo que seremos felices sólo si él está en nuestra vida, porque ya somos algo
bastante parecido a eso. Sólo digo que es ridículo extrañar a alguien y no
hacer nada al respecto.
—Y sabes que para poder estar en su vida tendremos que ser
ultra dramáticas y darle enormes discursos
y hablar de todo, no?
—Supongo que es una opción, aunque no quiero todo ese drama.
Pero tal vez no lo sea.
—Tal vez sí.
—Deja de suponer cosas! No sabemos nada de él. No podemos
suponer pensamientos o acciones suyas.
—Ok, ok. Haz lo que
quieras. Pero no vengas a mí para que recoja tus pedacitos.
—Si quedo en pedacitos, tú también. Tendremos que recogernos
juntas. Y quién dice que terminaremos así? Sabemos que podemos vivir sin él.
Siempre lo supimos, sólo no queríamos hacerlo. Ahora si no nos quiere,
simplemente sabremos algo que ya suponíamos y seguiríamos adelante, sabiendo
que lo intentamos y no estaba destinado a ser.
—No, creeremos que no
lo intentamos lo suficiente y
volveríamos a intentarlo en un tiempo.
—Lo siento, no me puedo dar por vencida con esto.
—Lo sé.
—Por
favor.
—Estás segura? Lo
quieres a él? No quieres lo que teníamos con él?
—Tal vez quiera lo que teníamos con él, pero también lo
quiero a él. No te digo que lo necesite ni esté enamorada ni nada por el
estilo, sólo quiero un poco de él en mi vida. Siento que nos haría bien, que
nos hace falta un poco de él.
—Tengo miedo.
—Yo también.
—Y si nos defrauda? No
quiero que nos defraude.
—Ya lo ha hecho muchas veces, pero no por eso debemos
rendirnos. Si pasa, lo superaremos, estoy segura de ello.
—Está bien. Hablaremos
con él.