lunes, 15 de diciembre de 2014

La chica de la mirada triste

Te presento a La chica de la mirada triste.
Ella ha perdido todo el color que veía en el mundo, toda su alegría, toda su autoestima y fe en el mundo. Lleva una nube negra encima a donde sea que vaya y está rodeada de una neblina que no la deja ver con claridad a su alrededor. Para ella todo es borroso, irreconocible, solitario, oscuro y frío. Nadie la entiende y no entiende a nadie. No se reconoce a sí misma ni a aquellos que han estado con ella por años.
Se encuentra en el fondo de un agujero, en el medio de la oscuridad, sola. No se gusta a sí misma y siente que no es capaz de nada, ni de hacer lo que ya ha hecho ni de lograr las cosas más fáciles. Cree que todo es malo y seguirá siéndolo, que ya nada vale la pena. Siente que nadie es capaz de verla y darse cuenta que le pasa algo y necesita ayuda, que nadie se preocupa, que nadie la conoce. Siente que la ha cagado mucho en su vida porque nunca se abrió realmente ni confió en los demás para que la conocieran, que ella misma se metió en el lío en el que está. Se culpa de todo lo malo que le ha pasado.
Para esta chica todo su mundo se acabó y ya no importa nada. Perdió lo que ella consideraba más importante y sin ello ya no tiene mundo, sin ello ya no quiere un mundo. No puede entender cómo alguien puede sonreír o salir adelante después de algo así y, lo más importante, no quiere hacerlo.
Ella pide ayuda a gritos, en su propio idioma, pero nadie la escucha. Nadie la escucha porque no lo hace en el idioma del mundo y no puede culpar a nadie por ello, pero eso no la hace sentir mejor. Sus gritos salen por sus ojos, por la mirada más triste que alguien ha llevado alguna vez. Ve su reflejo y no puede explicarse cómo nadie se da cuenta, cómo nadie hace algo, cómo nadie se mete en su vida y hace todo lo posible por alejar y destruir su sufrimiento. No puede entenderlo, porque si ella viera esa mirada en alguien más haría todo lo posible por alejarla y destruirla por siempre.
Te presento a La chica de la mirada triste. Ella es mi némesis. Por favor, si te topas con ella, abrázala, luego destrúyela y recupérame.

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